domingo, agosto 13, 2006

Algunos días.

Algunos días, nosotras morimos.

Nos acostamos aquí, en la única cama que usamos ambas,
nos sacamos la piel, nos despellejamos como serpientes,
nos arrancamos los verdes ojos y los dejamos flotando
en un agua diáfana y transparente,
con los insectos y las rosas.

Esperamos la muerte conteniendo la respiración,
sudando jugos olorosos,
soñando, en ocasiones,
con astronautas dulces que caen en nuestra casa,
como un pétalo macho, de la especie de los comestibles,
para asentarse en nuestras sienes,
en nuestros pechos,
en los húmedos clítoris suaves como mariposas.
Entonces nos permitimos enlazar los dedos,
jugar un rato a resucitar entre una mordedura y otra,
leernos la poesía de los elefantes que pastan.

Pero tras el juego, sabemos que algo desnudo viene a morirnos,
algo bravo y grande como la soledad,
que es una hogaza de pan desmigándose en el agua,
y recordamos con mucha tristeza todo lo bueno que tuvo la vida:
la pronunciación musical de los extranjeros,
los perros amaestrados,
los carteles luminosos de los prostíbulos,
las lechuzas tibias y la noche, todo eso
que es tierno y efímero.

Nos matamos de a dos, siempre,
esto que somos, el cancerbero hembra,
nos matamos por todas nuestras lenguas,
por todas nuestras cabezas que gimen en la gruta,
con una sincronización que a veces
se parece tanto a la hermosura.

3 comentarios:

Verónica Cento dijo...

Éstos son los poemas que te extraño tanto.

Anónimo dijo...

estimada: releyéndolo, no puedo decir otra cosa sobre su poema sino que tiene algo que perturba, molesta. no sé que es, pero tus palabras han sonado como gritos ahogados y es ahí donde el poema asusta o incomoda: cuando sus palabras gritan desgarradoramente.

delarena-una dijo...

Situación Circunstancial de una lectora.

Aquí estoy, Elena (turrita) visitándote,(espero sepas devolverme la visita, como corresponde).

Éste texto...Elena, es el que más me ha gustado de todos los que te he leído hasta ahora.
Me seduce...ese pestilencial aroma que despide y que inevitablemente me trasnsporta a lo horrorosamente bello que contiene: esa envolvente perversamente asfixiante; Ésto por un lado, por el de la pendiente de la impresión perceptual;y por otro lado, ya en la llanura desértica del valle, me lleva a preguntarme:
¿Qué significa?,
Qué es "morimos"?,
Qúe es "ambas"?,
Qué es "nos arrancamos"?,
Qué es "enlazar dedos"?,
Qué es "una mordedura"?,
Qué es "algo desnudo"?,
Qué es "la soledad"?,
Qué es "recordar"?,
Qué es "mucha tristeza"?,
Qué es "lo bueno que tuvo lo vida"?,
Qué es "lo bueno"?,
Qué es "la vida"?,
Qué es "lo tierno y efímero"?,
Qué es "nos matamos de a dos siempre"?,
Qué es "de a dos"?,
Qué es "siempre"?,
Qué es "esto que somos"?,
Qué es "cancervero hembra"?,
Qué es "nos matamos con una sincronización que a veces se parece a la hermosura"?,
Qué es "sincronización"?,
Qué es "a veces"?,
Qué es "hermosura"?...

No te preocupes, querida Elena, no tenés que contestar ninguna;
Solo te cuento de mi situación circunstanial;
del efecto de tu causa;
Son las preguntas que me surgen dentro del contexto de tu texto; porque cada palabra allí, está resemantizada; y entonces, ellas TE DICEN poéticamente (en la imagen que cada lector elige armar) y a su vez No.

¡QUÉ HERMOSURA TAN ESPANTOSA!

Un abrazo enorme, tan enorme como la Soledad.