viernes, enero 18, 2008

El mar.




Soy el mar.

Devuelvo a la arena
lo que no me pertenece:
los cadáveres hinchados,
violetas,
en que pastan las altas gaviotas;
las costillas iridiscentes
de los negros bajeles;
la lente muerta de las torres
donde el sol se repite
y se fragmenta.

Más allá,
en la penumbra salitrosa
de la ciudad blanca,
suceden, con intermitencias,
la peste, o el equilibrio
de la peste.

En medio,
el hombre que es
una fisura en la eternidad,
va del infinito hacia la muerte
buscando, ciego,
la puerta del laberinto.
Nota: La imagen pertenece a Peter Kostal.

jueves, enero 17, 2008

Mmmmm...






Si cantara como Robert Johnson, yo también le vendo el alma al diablo.

miércoles, enero 16, 2008

Soneto de tus vísceras.


Harto de alabar tu piel dorada,
tus externas y muchas perfecciones,
canto al jardín azul de tus pulmones,
y a tu tráquea, elegante y anillada.

Canto a tu masa intestinal rosada,
al bazo, al páncreas, a los epiplones,
al doble filtro gris de tus riñones,
y a tu matriz, profunda y renovada.

Canto al tuétano dulce de tus huesos,
a la linfa que embebe tus tejidos,
al acre olor orgánico que exhalas.

Quiero gastar tus vísceras a besos,
vivir dentro de ti con mis sentidos.
Yo soy un sapo negro con dos alas.
Baldomero Fernández Moreno.

sábado, enero 12, 2008

Las cosas que no me he dicho II.



Han sido, ya, las dos de la tarde,
y aquí sigue lo oscuro.

El día, que me trae noche,
y la noche que lo sucede saben
que en algún lugar de esta pared
estoy escrita.

Nunca debe ser alumbrado.

Si entrara este signo a jugar
con los otros,
me diluiría como la sangre
en el agua.

Para eso,
prefiero esta muerte,
este silencio.
Nota: La imagen pertenece a Taste.

miércoles, enero 09, 2008

Cuatro cuentitos.

1-

Traedme el caballo más veloz —pidió el hombre honrado—
Acabo de decirle la verdad al rey.


Autor: Marco Denevi.

2-

Otra versión de la Odisea cuenta que la tripulación se perdió porque Ulises había ordenado a sus compañeros que se taparan los oídos para no oír el pérfido si bien dulce canto de las sirenas, pero olvidó indicarles que cerraran los ojos, y como además las sirenas, de formas generosas, sabían danzar...

Autor: José de la Colina.

3-

¡Arriad el foque!, ordena el capitán. ¡Arriad el foque!, repite el segundo. ¡Orzad a estribor!, grita el capitán. ¡Orzad a estribor!, repite el segundo. ¡Cuidado con el bauprés!, grita el capitán. ¡El bauprés!, repite el segundo. ¡Abatid el palo de mesana!, grita el capitán. ¡El palo de mesana!, repite el segundo. Entretanto, la tormenta arrecia y los marineros corremos de un lado a otro de la cubierta, desconcertados. Si no encontramos pronto un diccionario, nos vamos a pique sin remedio.

Autor: Ana María Shua.

4-

Tras la cerrada ovación que puso término a la sesión plenaria del Congreso Internacional de Lingüística y Afines, la hermosa taquígrafa recogió sus lápices y papeles y se dirigió hacia la salida abriéndose paso entre un centenar de lingüistas, filólogos, semiólogos, críticos estructuralistas y desconstruccionistas, todos los cuales siguieron su garboso desplazamiento con una admiración rayana en la glosemática.
De pronto las diversas acuñaciones cerebrales adquirieron vigencia fónica:
­¡Qué sintagma!
­¡Qué polisemia!
­¡Qué significante!
­¡Qué diacronía!
­¡Qué exemplar ceterorum!
­¡Qué Zungenspitze!
­¡Qué morfema!
La hermosa taquígrafa desfiló impertérrita y adusta entre aquella selva de fonemas.
Sólo se la vio sonreír, halagada y tal vez vulnerable, cuando el joven ordenanza, antes de abrirle la puerta, murmuró casi en su oído: ''Cosita linda".


Autor: Mario Benedetti.

martes, enero 08, 2008

La salida.



Detrás de la ciudad,
la otra ciudad respira.

En medio no existe límite,
frontera,
picota que defina
cuándo es que abandonamos
la primera, cuándo
entramos a la segunda.

Da igual que sea
un síntoma de la libertad
o un artificio de espejos.

De aquí no se sale.
Nota: La imagen pertenece a Magdalena Wanli.

domingo, enero 06, 2008

Los sonidos de la ternura.




Loncomeo del amor mapuche-Los hermanos Berbel.