martes, enero 08, 2008

La salida.



Detrás de la ciudad,
la otra ciudad respira.

En medio no existe límite,
frontera,
picota que defina
cuándo es que abandonamos
la primera, cuándo
entramos a la segunda.

Da igual que sea
un síntoma de la libertad
o un artificio de espejos.

De aquí no se sale.
Nota: La imagen pertenece a Magdalena Wanli.

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