viernes, noviembre 28, 2008

281108

madre me llevaba de la mano
por el terraplén oscuro

decía:
esa es la bomba de agua,
el perro amarillo, ése, no lobo,
ahí las parvas,
más allá el pajonal de las cluecas
decía:
nunca, a tu edad,
vi estas cosas

llegábamos hasta la capilla
de los garzón a ver
los altos vitrales del cristo
de la buena muerte,
el áspero cuero de las iguanas,
la ruta, siempre lejos

a la vuelta me daba
el pan de la tarde, cantando
los salmos preferidos,
y una tristeza hermosa me cerraba
la garganta,
o quizá el polvo del camino,
o dios, que entonces era
un potro negro
que despertaba el miedo

miércoles, noviembre 19, 2008

Lecturas.

Lugar: Casa de la lectura.
Hora: 21 horas.
Dirección: Lavalleja 924-Capital Federal.
Poetas presentes:
1) Marcelo Dughetti

2) Alejo Carbonell
3) Jorge Dipré
4) Sergio Gaiteri
5) Félix Bruzzone
6) Leonel Livchits
Editoriales presentes:
1) Editorial Recovecos

2) Editorial Tamarisco
Coordina: Damián Ríos-

191108

aprendí a fumar con rubén,
enrrollando tabaco Mariposa en papel
de seda

lo hacíamos a la noche,
sentados en un escalón de la casilla
mientras, a nuestros pies,
sus lánguidos perros soñaban
con la sangre dulce de las liebres
en el monte cercano

a veces todo era oscuridad, salvo
su cara
iluminada brevemente por el fuego,
como un animal por los
relámpagos

el día que se fue del pueblo,
me dejó su radio
y los jabones partidos, que yo usaba
pasándomelos, despacio,
por el cuerpo

con la última espuma disuelta en el agua
se fue, también, la memoria
y el deseo de él,
una cosa fragante
y sutil,
como los eucaliptus
cuando los moja la niebla

sábado, noviembre 08, 2008

lo mismo digo agua que palabra

frente a la casa, antes que
construyeran los edificios ostentosos,
las oficinas asépticas de la calle
belgrano, los negocios de chucherías,
hubo un baldío
y en el centro, un malacate

allí íbamos, con mauro lesjtch,
algunas siestas, a jugar
que éramos caballos ciegos y dábamos
vueltas alrededor del
pozo seco

mauro es un hombre, ahora,
ha hecho dinero, hijos,
sólo persiste en él, de lo que
era, los ojos oscuros
con pestañas de muñeca

yo, en cambio, sigo atada
al hábito de esas tardes
y sigo caminando el círculo del pozo,
jugando al animal ciego
sólo que ahora la sed
es verdadera
y el deseo de agua es real
y no fingido