viernes, junio 29, 2007

Oscuro.

cuando atardeció,
tu rostro que brotaba del verano
como el animal que mató a Fedra
comenzó a derramarse,
como un río de escarabajos negros
sobre el patio,
y se puso oscura la ropa recién lavada
las linternas de alumbrar
las flores que llaman miosotis
y esas otras,
que emulan la corona del nazareno

tus ojos,
que se escanciaban sobre todo
y tenían olor a pasto quemado
nunca volvieron a ser hermosos como entonces

yo te amé sólo un rato,
pero intensamente:
lo que duró tu sombra
en el columpio del cuerpo

nunca, desde entonces,
las tardes son tan tristes,
nunca
tan irremediablemente claras

domingo, junio 17, 2007

La tormenta.


i.
vení, vos, El Tan Triste,
sentate a mi lado,
cantame con tu voz de indio domado,
démonos las manos en esta tormenta eléctrica,
compartamos el miedo

la fiesta es lejos,
es de los otros

vos mirás para ese lado
con la nariz alzada,
oliendo, en el aire caliente y húmedo,
el rastro leve de la perra en celo.

vos, El Tan Perro,
hembro, hombra,
vos sabés que yo te adivino,
no te hagas el loco,
el desentendido,
el benedicto

ii.
que el relámpago se haga en tus ojos negros

había, en la chacra de los Dezotti,
un potro blanco de ojos así

estaba alambrado,
atado,
y a la noche corría,
creo que por la locura de la soledad
y daba relinchos grandes como el campo

la libertad del potro
sin la yegua
era, digo, más cárcel que nunca

iii.
no hay nada que yo pueda decirte
en esta noche,
ni en ninguna,
creeme

no hay forma que yo pueda salvarte
¿de qué, por ejemplo,
podría salvarte?
ya agotamos la palabra,
mi amor,
fumemos un rato,
miremos el granizo caer
fijate qué hermosa la niebla
el humo

¿dónde estás?

iv.
¿vos creés que el viento se la lleva?
atrás,
en el verano,
cerca de los animales,
la vieja me llevaba a orinar
y del pasto se levantaba
ese vaho confuso y dulce

¿ves la inundación?
yo creo que se viene
no tiembles,
portate como un hombre
abrazame

v.
el barro nos crea

alguien vendrá a vernos
alguien dirá de nosotros lo que pueda:
“eran adán y eva,
quietitos, mirá,
embarrados,
como al principio
aunque algo muertos”

ya sé,
qué pobreza de palabras,
qué mordiscos a la lengua,
todos estos pedazos de nada

ya sé
un poco como la vida

mientras bajamos,
te cerraré a besos
los ojos

jueves, junio 07, 2007

Cortejo en la vía púbica (poema del travestimiento)


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Dice mi padre, el italiano, el apóstata:

“Oh, Camaleona, en tus tetas yo herviría toda Italia,
toda entera, península grasienta.
Yo en tu pubis chocaría,
me mataría con el Ford.
Porque la muerte,
-oh, Fermosa, oh, Neurótica,
la de áspera lengua-
es una grosella ardiente
que los algunos comemos con delicia
si al tocarla, tocamos una perra como tú.”

De lo que dijo a mi madre otra noche:

“Zíngara, la de ojos almendrados,
en quien se mueren mis ansias de pederastia,*
desarrópate, que pronto estoy al desvirgo,
que crecidos, mis atributos de macho
traspasan las leves telas,
como los ciegos hacen con la oscuridad.

Te bucearía, Narcisa, como haces tú
con el espejo de agua en que te hundes.
Que visiones he tenido,
y en ellas, blanca como la leche,
derramarme me dejabas
en la fértil entrepierna.
Suave cordera de Dios,
¿tan infinita eres
que me pierdo en tu entraña?”

*Miente, el cronista, que probado está que mi padre de pederasta, nada. Salvo las lánguidas miradas hacia ajenos pantalones, acto comparativo antes que de valoración lujuriosa.



Nota: Suena la voz de Billie Holiday acompañada de Luois Amstrong

viernes, junio 01, 2007

Keren Ann.

Lila o el arte del sancocho.

Llegada a la casa-Avistaje de uno o dos animales.

Está sobre la heladera.
Es una mancha negra, con dos puntos brillantes y verdes.
Esa mancha encarna la gatidad, sin ser aún en un gato.
La gatidad absoluta o ideal antes de la mueca del dios que la formule.
Alguna clase de gatidad superior,
un fuego de artificio,
alcohol ardiendo en una hendidura de la noche,
una hermosa ferocidad gimiendo por las ratas,
clavándome algunas uñas en un pecho,
una imagen de París,
una suavidad moldeada en el infierno.
Acercamiento-Visión

Lila.
La veo merodear casi sexualmente sobre la alacena.
Tiene el aire luciferino de quien muerde y traga sangre y nervios.
Tiene el alma angostada por la saciedad del hambre,
se lo noto en el latir caliente y animal.
Se mueve entre mis piernas con una cadencia cercana a Bach,
y la caricia, el certificado de que existo.

Cocinar es un arte-Actividad

Aún no encenderé la luz.
Me basta la lumbre náufraga del cigarrillo para verla brillar y gemir.
Entretanto, saco las flores amarillas de calabaza,
las dispongo sobre una fuente junto a las zanahorias y los alcauciles.

Esta escena deberá ser de una ceguera inusitada,
y me guío por el perfume y el silencio.
La tomo de una de sus suavidades: el cuello.
De un solo tajo la parto al medio mientras una parte me muerde la mano,
y yo grito y ella ya no puede.
El agua hierve con especias, sal y hojas de laurel.
Dejo caer allí sus dos puntas,
ambas hermosas y ya de una mortalidad visible y casi triste.

Me siento a la mesa. Sirvo el vino.
Me desnudo.
Pienso que cocinar es un arte.


Nota: La imagen pertenece a Miles Aldridge.