aprendí a fumar con rubén,
enrrollando tabaco Mariposa en papel
de seda
lo hacíamos a la noche,
sentados en un escalón de la casilla
mientras, a nuestros pies,
sus lánguidos perros soñaban
con la sangre dulce de las liebres
en el monte cercano
a veces todo era oscuridad, salvo
su cara
iluminada brevemente por el fuego,
como un animal por los
relámpagos
el día que se fue del pueblo,
me dejó su radio
y los jabones partidos, que yo usaba
pasándomelos, despacio,
por el cuerpo
con la última espuma disuelta en el agua
se fue, también, la memoria
y el deseo de él,
una cosa fragante
y sutil,
como los eucaliptus
cuando los moja la niebla
miércoles, noviembre 19, 2008
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16 comentarios:
Qué buen poema, sensible y minucioso. te mando un abrazo y no me olvido que te debo algo, no me olvido...
Elena, me gusta tu poesía. Me llevé un poema a mi blog, de puro atrevida. En qué parte de Córdoba vivís?
Te dejo un saludo poético y afectuoso
la imagen de los pedazos de jabón me conmovió... y esa unión con la última estrofa es hermosísima en su sencillez y nostalgia.
tenés una capacidad lindísima de retratar momentos simples de una forma sumamente poética y que conmueve... realmente eso es lo que me pasa, añoro algo ajeno.
Sil: tanto tiempo, qué bueno que vengas de vez en cuando y me dejes tu huellita.
Espero ese algo, sin ansiedad pero con constancia. Ya llegará, ya llegará, yo sé que va a llegar.
Un abrazo enorme.
Ana: en todo caso, quedo agradecida de tu 'atrevimiento' que redunda en publicidad gratis para una ignota escribiente de acá, je.
Yo vivo en un pueblo grande, llamado Oncativo, a 85 km de la capital cordobesa. Es, en muchos sentidos, el no-lugar. Y yo, que vivo acá, a veces dudo de existir.
Te retribuyo el abrazo, y espero sigamos compartiendo.
Elena.
Eclipse: justamente es eso lo que ando buscando... poder decir lo simple de una manera tal que, sin abandonar su simpleza, sea lindo y pulcro. Como las piedras del río. Quiero decir... algo que tenga que ver con lo natural. Con lo honesto.
¿Me expliqué o enredé más la cosa?
Un abrazo, querida.
Estemos en contacto, yo organizo un ciclo de poesía en Buenos Aires. Agendo tu dirección de mail.
Realmente me gustan muchísimo tus textos, tenés una voz muy personal, un lenguaje cuidado sin que eso afecte su frescura.
Quién podría dudar de tu "existencia"
Un abrazo grandote
Claro que sí, Ana, encantada de la idea. Si desde mi lugar puedo aportar algo a tu ciclo, lo haré con mucho gusto y de la mejor manera que sepa y pueda.
Seguimos en contacto.
Un abrazo desde acá.
Hola, Elena, llegué atraída por el blog de Ana y el tuyo ha sido un grato descubrimiento. Te mando un abrazo desde Montevideo.
Que hermoso poema, una mezcla de melancolìa y ternura que deja un agradable sabor en los ojos
un abrazo
Hola, Magdalena: mirá lo que generó Silvia con sólo mover los dedos. Debe ser la costumbre del piano.
He pasado por tu blog, y noté con mucho agrado que compartimos el gusto por la literatura oriental. Y también te he leído, y me asombró gratamente mucho de lo que encontré. Si leés esto, quisiera saber si por estos lares puedo conseguir algún libro tuyo, y dónde.
Bueno, eso por ahora.
Un abrazo.
Georgina: gracias por el tiempo y la lectura.
Nos estamos leyendo.
Un abrazo.
Hola...muy lindo blog, me gustaron tus poesías.Entraré seguido.Saludos para vos.
Hola, El Cosmo: yo ya conocía tu blog a través de la página de Verónica Picco. Si mal no recuerdo, ella hizo publicidad de la salida de un libro tuyo, 'Pueblada', ¿no?. Contame si alguna de las poesías que tenés colgadas en tu blog están en el libro.
Gracias por pasar, un abrazo.
Elena.
Hola, Elena, me alegra mucho que te hayan gustado mis pequeños despropósitos y que coincidamos en materia de lecturas. Aprovecho para pedirte permiso para reproducir alguno de tus poemas en la daga. Te envío por e-mail la info que me pedís. Todo un puente el que ha tendido Silvia (su blog también me gusta mucho).
Abrazo.
Simple y lindo. Me ha gustado mucho... la presencia de los perros me hizo sentir en el pueblo. Son esos detalles (los eucaliptus, los perros, el jabón) los que despiertan grandes sensaciones, por lo menos en mí. Saludos,
Daniela
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