lunes, septiembre 24, 2007

Los grandes lo hacen en una sola línea.

Me ilumino de inmensidad.
(Giussepe Ungaretti)

5 comentarios:

luks dijo...

y sip

grosungareti

el gato utópico dijo...

Elena, hace un buen rato ya que estoy leyendo tu blog y puse especial atención en algunos comentarios.
Me causó mucha gracia leer alguna felicitación por lo bien que habías logrado plasmar un ejercicio. Será que hoy estoy ácido... no se, pero me sonó un tanto irónico. Pero para aquellos que tenemos que laburar bancándonos un jefe, para los que se tienen que levantar a las 5 de la madrugada en busca de un plato de comida... no hay nada más patético que un "intelectual" mirándose el ombligo. No tendré formación literaria y vos lo sabés, pero sí tengo el alma llenita de sensaciones. Decía un poeta que no se miraba el ombligo justamente... "hay que tomar partido hasta mancharse".

Cuando leí...

"Cuatro cincuenta el kilo, señor.
Si los toca
-y ofrecía los senos intactos-
se los lleva a casa."

sentí que ahora sí Elena... ahora te leen en alguna oficina, en algún estudio jurídico, como no... pero que lo sepas... también te leen aquellos que están muchas horas colgados de un andamio o los Compañeros que están ocupando tierras en Bella Unión... los "don nadie" pero llenitos de dignidad y coraje... Y lo se porque me lo dijeron. Esa era la mejor medalla que le habían otorgado, decía Neruda. Y de esto que te estoy hablando, Pablo sabía y mucho.
Vos también.
Un abrazo.

Elena dijo...

Bárbol ha vuelto.
Bárbol siempre vuelve.
Renace.
Así me gusta. A no aflojar.
Un abrazo.

Elena dijo...

Querido Gabriel: Si hay algún premio que justifique escribir, si es posible pensar en el premio como el objetivo de una actividad, de una profesión, ese será, sin duda, que los demás hagan suyo lo que creemos propio. Que lo lean, que lo manoseen, que se lo lleven puesto, que lo desgracien, que lo tiren, que lo usen, que lo regalen...que se identifiquen, que la palabra hermane, que haga surgir cosas nuevas, que sea fagocitada, la palabra.
Qué cosa linda, Gabriel, lo que me acabás de contar...fijate, que haya un tipo colgado del andamio, y un ocupa, y hasta un don nadie que se les ocurre pasar por acá y regalarme el exquisito don de su tiempo y su sensibilidad. Me emociona saberlo. Que me traten de idiota candorosa: me ne frega la pose. ´
Y sí, hay intelectuales ombligocéntricos, e intelectuales comprometidos, corazonados, que andan poniendo el pecho al laburo y a la vida. Y hay, como en toda profesión, gente buena, chota y regular. Pero hablo desde afuera, porque yo intelectual no soy, pero veo, leo, y hasta quizá que de pronto pueda reconocer las diferencias entre uno y otro. Y por lo demás, ninguna mirada es ingenua.
Te mando un abrazo, allende los mares.
Elena.

pd:sí, hay un alma llenita de sensaciones, que se ha casado con una cabeza despejada:)

Anónimo dijo...

Como siempre, paso y me deslumbro...