martes, septiembre 04, 2007

Canto general-parte I




Oh, las máquinas podadoras de césped,
y su música de cuchillas sobre las ternezas del gusano,
sobre las larvas de la Lepidóptera Heráclica.
Oh, los edificios inteligentes, a cuya torre suben,
felices, los mansos suicidas de todas las épocas.
Oh, el regalo de la preñez a las madres de Villa El Cartón,
Villa Nylon,
Villa Sangre y Sol,
y anexos, y etc.
Oh, los niños apaleadores de perros.
Oh, la bendición urbana de las cañerías rotas,
ante cuyas liquideces se sacian los rebañitos grises de gorriones.
Oh, las salas de espera de los hospitales,
refulgentes bajo el blanco neón,
tibias de sangre,
de esperma,
de los jugos que nos ha dado Dios,
de sucedáneos.
Oh, los inmensos basurales de desperdicios,
donde anidan las enormes ratas de ojos como cuentas de azabache.
Oh, las procesiones de todas las vírgenes,
y su olor desconsolado a rosas.
Oh, el despegue de los aviones,
su estela de humo sobre los cielos naranjas.
Oh, el acontecer del crepúsculo,
visto desde las oscuras salas del Pabellón España.
Oh, el suave desplazamiento de los satélites.
Oh, toda la belleza del mundo.
Nota: La imagen pertenece a Orvill Aakra.

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