domingo, junio 11, 2006

Sobre la música.

Con Miguel hablamos de la música, una noche. Yo le decía que nos parecíamos, que estábamos hechos de células, y de la distancia que media entre ellas, lo cual genera una conexión y a la vez, un espacio vacío, una ausencia. Así que podíamos entender la música, pues está hecha de sonidos, y del silencio que separa una nota de otra.
En ocasiones, ese silencio o vacío dura demasiado, y las conexiones se hacen débiles, difusas, tristes. Entonces, desde la unidad coloradita del corazón, nos empezamos a estirar. Nos nacen piernas y brazos, alargados hacia todos los rumbos, nos nacen ojos, y el olfato que nos ayuda a presentir los incendios, o los jardines, o el olor de la piel de los que conocemos y degustamos.
Todo eso me lo confirmó Nacho, que es viejo y vive solo hace tanto. Porque suelo ir a llevarle un poco de leche y huevos, Nacho me invita a pasar y a tomar mate o café, si tiene, mientras desenvuelve los paquetitos con la comida y me cuenta las penas. Entonces yo pregunto si no le cuesta vivir solito, si no tiene miedo, y él me responde que no, que se siente muy acompañado. Y al ver que yo lo miro y no entiendo, me explica:
- Mirá, al lado vive una familia con dos nenes chiquitos... cuando yo me siento solo o estoy triste, pego la oreja a esta pared y los escucho que se ríen, o juegan... y entonces hago como si ellos vivieran conmigo..
- ¿Sí?.
- Sí, vení que te enseño- me dice- así, poné la oreja acá, donde la pared es más fina-
Y haciendo una caja sonora con la mano, sobre la pared, escuchamos la vida de los otros, y entre todos, sin saberlo, hacemos una musiquita triste, pero linda. Linda de veras.


Nota: La imagen pertenece a Tal Ben Or.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

impresiona la tristeza, pero emociona la música. sí, somos comos células que de tanto en tanto chispean y se entrecruzan.

Anónimo dijo...

Me gustó esta publicación de 'La música', es lo primero que he leído de tu blog. Confieso que he estado más de 10 minutos alimentando a Numa, espero que no le haga mal.

Anónimo dijo...

Una letra melodiosa que nos llena, así es una buena canción.

Saludos.

Mori Ponsowy dijo...

Qué lindo.

Blog de alma dijo...

Bonito relato, aunque triste

Elena dijo...

Anónimo: a mi juego me llamaron.

Cristian: gracias por la lectura.

Poetas: no lo dudo, en absoluto.

Mori: Bienvenida y gracias. Cariños para vos.

Alma: Un gran abrazo. Sigo con interés tu página.

Anónimo dijo...

Realmente es un gusto pasar por aquí.La encontré de casualidad. Ahora, solo me resta una pregunta, usted es la misma, la de Córdoba? o yo... estoy delirando!
Mis más sinceros saludos.
Desde ahora un seguidor.

Elena dijo...

Hola, Anónimo II: Sí, en efecto, soy de la Pcia. de Córdoba, ¿y ud. de dónde? jeje

Anónimo dijo...

Voy a ponerle a este Anónimo II, un nombre. Soy de Buenos Aires y según dice el documento hace 27 años me llamo Jorge. La verdad que me he sorprendido bastante: encontrarla, por casualidad.JA! Aunque creo poco en ellas. Deseo comunicarme con usted hace rato.Espero lograrlo en breve. Seguí leyendola y la verdad que no pude dudar más. Es usted.
Más allá de los halagos, no puedo dejar de decirle, que me sorprende. Espero seguir leyendola, si no le molesta.
Un Abrazo enorme desde la ciudad autonoma de Baires...

Elena dijo...

Un abrazo, Jorge, le agradezco que se haya identificado, pero aún sigo... en Babia.
Si me hace un favor, me escribe a m_e_annibali@hotmail.com, y me cuenta de dónde lo conozco.