Venime, soledad.
Venime a la par.
Sé mi mastín adolescente,
adorname la cara con saliva,
matame las sombras.
Vamos a partir la casa como hermanas.
Tendrás tu patio de luz,
tu reposera,
la mitad de mi toda dicha.
Cuando yo regrese del trabajo
y se haga la hora de fumar,
saldremos afuera,
a hablar bajito de él:
de cuánto lo extrañamos,
de cuán poco nuestro es,
de cómo el humo perfila, en la noche,
lo oscuro de su rostro,
perdido como está
en la memoria
y en la distancia.
Están en mis ojos los tuyos,
como en el agua
los continentes.
Venime a la par.
Sé mi mastín adolescente,
adorname la cara con saliva,
matame las sombras.
Vamos a partir la casa como hermanas.
Tendrás tu patio de luz,
tu reposera,
la mitad de mi toda dicha.
Cuando yo regrese del trabajo
y se haga la hora de fumar,
saldremos afuera,
a hablar bajito de él:
de cuánto lo extrañamos,
de cuán poco nuestro es,
de cómo el humo perfila, en la noche,
lo oscuro de su rostro,
perdido como está
en la memoria
y en la distancia.
Están en mis ojos los tuyos,
como en el agua
los continentes.
Nota: La imagen pertenece a Martin Elkort
2 comentarios:
últimamente
este blog está
'in rainbows'
¿Vio? Me había cansado el black, todo el día, el año, las horas, el black. Que se haga el azul, pues.
Y no se haga el anónimo conmigo, que lo conozco, mire...
Un abrazo.
Publicar un comentario