
Allá arriba se hace la fiesta.
No en el extinto cielo.
no en el temido paraíso:
en la casa lujosa como orquídea,
toda carnal y bien formada,
como ala,
como sexo de vampiro,
iluminada por incontables bujías.
A la entrada,
los de abajo hacen ruido de marea,
de cacerola seca,
de un diente feroz brotando entre la nada.
Tienen la música confundida,
la música equivocada.
Y mientras los de arriba barritan y celebran,
los de abajo se hacen leña
y se encienden con un dolor de locos
se tiran contra las puertas,
son el alumbramiento de este mundo,
el abono,
la raíz.
No en el extinto cielo.
no en el temido paraíso:
en la casa lujosa como orquídea,
toda carnal y bien formada,
como ala,
como sexo de vampiro,
iluminada por incontables bujías.
A la entrada,
los de abajo hacen ruido de marea,
de cacerola seca,
de un diente feroz brotando entre la nada.
Tienen la música confundida,
la música equivocada.
Y mientras los de arriba barritan y celebran,
los de abajo se hacen leña
y se encienden con un dolor de locos
se tiran contra las puertas,
son el alumbramiento de este mundo,
el abono,
la raíz.
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