viernes, marzo 23, 2007

Antígona.

Baja la voz, Ismene, que amanece.

Ambas sabemos lo que significa:
yo saldré de esta casa en ruinas,
descalza,
con el mustio seno trasluciéndose
a través de la negra túnica;
Saldré pisando los tiernos caracoles de la huerta,
el espectro gravoso de los guardias,
la maleza atónita de los jardines.

Saldré, de cualquier modo, a hacer lo mío:
apartar los cuervos,
enterrar a los hombres,
ahorcarme con el lazo de la cintura
que, de tan usado,
no asegura la muerte de nadie.

Ya no es, hermana, adolescente mi carne,
y no es, mi temperamento, tan dócil,
ni Hemón tan hermoso,
ni la línea de las tragedias tan puras.

Es ésta una farsa repetida hasta el asco,
un carrusel de los parques fantasmas.
Le regalo a otra, Ismene,
éste papel gastado.

Nota: La imagen pertenece a Tuktu Tokolq.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si hubo un lobo estepario de Hesse, las lobas salvajes sabemos aùn retumbar de pasos en la helada sabana, batir de alas como tamboras desbocadas, y muchos otros dramas que ni decir... ¿para què? A.B.I

Anónimo dijo...

Si hubo un lobo estepario de Hesse, las lobas salvajes sabemos aùn retumbar de pasos en la helada sabana, batir de alas como tamboras desbocadas, y muchos otros dramas que ni decir... ¿para què? A.B.I