
Tal parece que todos acabamos por asumir que tenemos algo para decir. Es más: que lo que tenemos para decir, es verdaderamente importante. Tan importante para crear un blog, para flotar en este fantasmal mundo de las historias que circulan en la red.
La mía no es una historia, pero no tiene porqué serlo, de todas formas.
Lo mío, convengamos, aún no tiene nombre.
Y esa es la gracia.
3 comentarios:
Vaya, amiga, no la tenía en el mundillo de los Blogs.
La leeré por acá también entonces.
Un abrazo.
Un tal Aon
PD: Ya mismo estoy poniendo un link hacia acá desde DFyD
No se necesita linda, basta saber que la necesidad más grande es sacar del alma, la responsiva de ser uno mismo. El nombre, es lo de menos, incluso el mismo aire lo sabe, se lo cambia al antojo conforme se va llenando de sensaciones y de efectos.
Su amiga
Daanroo
Usted, mi amiga, escribe como quien insultaria:molesta, provoca, llama a la atención.
Usted es como las velas del correo secreto del Zar; quema,ulcera y lastima, pero nos salva de morir congelados en esta fria pesadilla que algunos llaman mundo.
El que se cree su amigo
David
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