
Cuando yo lo conocí, había caminado gran parte del Infierno, y aspiraba al Paraíso.
Un Paraíso donde mujeres desnudas sirvieran vodka, y donde todo fuera derecho, derecho....
Había una vez un príncipe, que quería ser sapo. Sufría de amor por una sapita de la laguna vecina, una sapa cantora, de piel fría y largas ancas verdeclaras, que quería ser princesa, y ponerse joyas, hacer la venia al rey, recitar poesías en francés o en latín.
Había una vez, un gato. No era un gato con superpoderes. No tenía enormes y rasgados ojos rutilantes. No bebía la leche que la ama le dejaba, ni se limpiaba las vibrisas en señal de satisfacción. No arqueaba el lomo. No le gustaban las tapias. Lo curioso, era que aún así, era un gato.
Nota: La imagen pertenece a Jordi Rey Hens.
1 comentario:
jajajajaja. están buenos, madamme, me gustó el de la sapa
jorge2021
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